domingo, 27 de mayo de 2007

Jesús Nazareno del Consuelo

Provisto de un rostro sereno, de suaves matices, encarnado liso y terso, en el que asoman hilos leves de sangre que contrastan con su dulce mirada, la imagen del Nazareno de La Recolección nos refleja la corriente artística neoclásica, matizada de líneas románticas, que le dan un sentido de originalidad.

Este Nazareno se encuentra en el templo de La Recolección y es una obra atribuida a los hermanos Ganuza, Juan y Santiago, realizada a mediados del siglo XIX. Es una obra muy realista y humana que no tiene la expresión dramática y los efectos de los Cristos barrocos de los siglos XVII y XVIII. Esta imagen fue sometida a una restauración por Humberto Solís, lo cual no nos permite saber a ciencia cierta cómo era esta imagen originalmente, aunque por tradición oral, se cree que antiguamente tenía ojos color verde.
El apelativo "del Consuelo", fue producto de la devoción y fe que esta imagen despertó en Fray Miguel Angel Murcia. La majestuosidad y belleza de la imagen le inspiraron: consuelo.

Jesús Nazareno del Consuelo es un Jesús joven, de tez blanca, rostro alargado y barba nutrida con suaves ondulaciones. El ceño luce levemente fruncido, se marcan las líneas de la frente, cejas deprimidas, párpados ligeramente abotargados, mirada en posición central, con leve inclinación hacia abajo, no mira a nadie sino a la lejanía y nos mira a todos.

Sus pómulos sobresalen pero no con brusquedad, se deprimen suavemente mostrando una leve excavación. Su boca luce entreabierta, la sensación de cansancio y fatiga son más naturales que en otras imágenes. Pequeños ríos de sangre cruzan la frente y parte del pómulo. No son exagerados, no son dramatizos al extremo. La nariz es recta y proporcionada, no prestando las elevaciones que muestran otros Nazarenos para dar la sensación de un hombre de estirpe judía, éste no es de un estilo definido.

Esta imagen es la primera en utilizar una cabellera ondulada. En 1,964 su cabellera de canelones y rizos es sustituída por una de cabellos lacios, desapareciendo también el tradicional resplandor sobre su cabeza, su majestuosidad y belleza que se complementaba al colocarle sobre su brazo izquierdo un manto, que marca un toque único entre los Nazarenos de esta advocación.

La fecha más importante fue el 3 de marzo de 1,956 ya que se llevó a cabo la Consagración de Jesús del Consuelo, por el obispo de San Marcos, Monseñor Fray Celestino Fernández. "De las razones de su consagración se sabe muy poco; se cree que fue por la perfección escultórica de la imagen y por la gran devoción mostrada por sus fieles". Es la tercera imagen nazarena consagrada en Guatemala.



El Nazareno recoleto es procesionado por primera vez un Domingo de Ramos en 1,850. El cortejo incluía penitentes con capirotes alzados, portando cirios y las insignias pasionales. El recorrido no estaba determinado sino que se realizaba según el número de devotos que participaban en la procesión.

La procesión del Nazareno del Consuelo, se celebró Martes Santo y el Sábado de Ramos, días que se fueron alternando durante la década de los sesentas, y fue hasta 1,967 que se oficializó el Sábado anterior a Ramos (Sábado del Consuelo) como el día del cortejo procesional. Su auge e incremento de devotos cargadores se dio a partir de 1,976, lo que ha originado que en la actualidad su recorrido dure 13 horas.

Durante el terremoto de 1,917 el templo de La Recolección sufrió daños severos y su estructura quedó casi inservible. Cuenta la leyenda que las piedras cayeron alrededor del Nazareno, formando un precioso arco. Después, la imagen de Jesús del Consuelo fue restaurado por Julio Dubois.

Acompaña también al cortejo, la monumental marcha "Jesús del Consuelo", obra de Fray Miguel Angel Murcia, que con sus notas inicia la procesión del Nazareno.