viernes, 22 de febrero de 2008

El Santo Entierro

Con paso suave y lento de mirada dormida
al compás de las notas de marchas fúnebres,
ruegan los penitentes a la imagen sagrada
del Señor Sepultado que perdone sus males.

Un sol de primavera se derrite en cristales
que se hacen rutilantes en la calle empedrada
se reflejan en telas de luto rituales
para hacer devoción a la imagen Consagrada.

El humo del incienso, que asciende hasta la altura
se diluye en las esencias, dentro de viejos balcones
donde los niños y ancianos musitan oraciones.
Y al final en los hombros de piadosos varones
el Señor Sepultado, de imponente figura,
le muestra a su pueblo su dolor y ternura
que como espada les parte el corazón al compás
de su marcha oficial “Cruz Pesada”.


¡Es Viernes Santo!, y al borde de esquina
se agrupan multitudes para ver su cortejo;
los hombres, las mujeres, desde el niño hasta el viejo
se sienten fascinados por una fe divina.

Cubren los empedrados, alfombras como espejo
de tapices persas con aserrines pintados de tinte anilina
con tréboles, rosas, pino y Jacaranda que le dan vivo reflejo.

Cuántos fieles cristianos se sienten fascinados
al pasar escuadrones de soldados romanos;
sus levitas y escribas con gestos amargados
e imponentes Vía Crucis de los Pasos
que van presentándose desde el ocaso.

La efigie de Pilatos… quien se lavó las manos;
maestro de la Ley y el consejo de ancianos,
la imagen de la Piedad y de muerte que llora sus pecados
allí va lo visto mi buen Jesús amado
Consagrado Señor Sepultado de la Escuela de Cristo.

Rolando Estuardo Ortiz López.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Los Ex-Votos

Cuaresma Antigüeña

LOS EX-VOTOS


Mario Gilberto González R.
Ex - Cronista de la Ciudad de Antigua Guatemala.

A la memoria de la profesora
Rosita Marroquín Sulecio vda. Salazar,
Rosa Lucía Castañeda Granados (La Chochona),
Arabelita Castañeda Granados de González.
Marina Estela Castañeda Granados de González,
Alfredo Ponce López, colaborador incansable en la Escuela de Cristo y de amplio espíritu de servicio.

En los albores de la década del cuarenta, la romería a la milagrosa imagen del Cristo Yacente de San Felipe Apóstol, era fervorosa, Con gran recogimiento, respeto y devoción, llegaban los fieles en romería el primer viernes de cuaresma desde todos los confines del país, muy especialmente los antigüeños. Los fieles devotos de Tecpán Guatemala, de San Juan Comalapa, de San Martín Jilotepeque y el Tejar –entre otros- en grupos familiares o vecinales, llegaban al templo cantando alabados acompañados de sus instrumentos musicales como el tun, la chirimía, el tambor y violín y hubo quien llevara arpa.

En la nave central, formaban alfombras de pétalos de flores y encendían numerosas candelas. Rezaban en su lengua y cantaban con gran sentimiento viejos alabados. Con sus instrumentos le ofrecían a la imagen, un concierto de piezas musicales propias de ellos. Después, en fila pasaban a besar a la imagen y se retiraban cantándole alabados de triste despedida.


En la amplia plazuela de piso de tierra, se levantaban numerosas chinampas. En ellas se vendían cuadros de santos protegidos por vidrio y enmarcados sobre hojalata y diversos objetos religiosos como oraciones, estampitas, cordones morados con una medallita, cruces de chico contra el mal de ojo, el magnificat y otros objetos relaciones. En otras se vendían toda clase de cerámica: jarros, tinajas, comales, batidores, ollas, torteras y apastes de barro vidriado salidos de las locerías de los Batres, Muñoz y de los hermanos Rafael y Manuel Montiél Márquez –el artista alfombrero de la Calle Ancha de los Herreros-. Sin faltar las chinampas donde vendían una variedad de dulces artesanales y de colación, que hacían las delicias de los visitantes. La miel atraía a las abejas y rondaban a su alrededor.


Yo tuve la oportunidad de vivir – por el año de 1940- los afanes de doña Chon y de don Policarpo Márquez –tío de los Hermanos Montiel Márquez- cuando en su casa de las Calle de las Pilitas, preparaban día a día el material que vendían, tanto en Esquipulas como en San Felipe. Ayudaban laboriosamente doña Trinis, Adelita y Elvirita Márquez. Eran unos artesanos incansables al correr del año, porque también hacían diversos dulces. Las bolitas de miel y de morro eran apetecibles.

El gusto y el lujo de haber estado en la romería del Cristo Yacente de San Felipe Apóstol, era volver con un cajita ovalada de cajeta pintada con anilina de varios colores y llevar bien colocados pedazos de bocadillos de coco, camote, chilacayote, mazapán, chancaca, pepita, matagusano y manzanillas curtidas. También llevar cruzados en el pecho, dos rosarios de dulce de colación envueltos de tusas teñidas de anilina de colores rojo, verde, azul, morado y amarillo. Cada cuenta del rosario lo formaba una bolita de dulce de colación partida a la mitad.

En el extremo sur oeste de la plazuela, se instalaban los juegos mecánicos de don Mariano Arrazola: la rueda de chicago, de caballitos y de aviones. El chicotazo estaba formado por una pista y varios carritos individuales, que al llegar a una curva, la velocidad se veía de pronto detenida y ese haloncito hacia atrás, era la atracción del juego. Sin faltar –desde luego- la lotería o polaca con sus cartones de nueve figuras cada uno y que se marcaban con un maíz. Mundo Arrazola era pequeño de estatura pero tenía mucha gracia para cantar cada figura. Por ejemplo: “La campana de mi pueblo, llama a Misa a los creyentes. Unos van con devoción y otros a pelar los dientes…” La Campana, voceaban los ayudantes y los jugadores marcaban la figura con un maíz. El que llenaba el cartón, cantaba Lotería y de premio le daban una olla de peltre o un “chorizo” de vasos de herradura. Estos juegos pasaron después al campo norte de la aldea, donde hoy se levanta su escuelita pública.


Alrededor del Parque Central de Antigua Guatemala, se colocaban varios autobuses que llevaban a los fieles hacia San Felipe. Lo hacían por la subidita de San Felipe y se devolvían por el Copante para entrar a la ciudad por la Calle Ancha de los Herreros. Como los caminos eran de tierra, se levantan nubes de polvo. Se llegaba al sitio con el cabello rubio y el polvo sobre los hombros.

La imagen del Cristo Yacente de San Felipe Apóstol, goza desde antaño de fama milagrosa. Fue un milagro a una señora de nombre Justa, el que dio inicio a la romería en el primer cuarto del siglo XIX. Su fama de milagrosa fue en aumento y ante una enfermedad, un accidente o una necesidad, los fieles imploraron su intersección y al verse favorecidos, lo expresaron en réplicas anatómicas en figuras de cera de la parte enferma y curada, con medallas y cadenas de oro, en placas de mármol y en cuadros pintados al óleo que expresan el suceso y la gratitud. El artista anónimo y sencillo, interpretaba el hecho -a su modo- y en la parte inferior lo narraba y expresaba –a su manera- el agradecimiento de quien había recibido el favor. Cada ex –voto recoge artísticamente el sentimiento fervoroso de los fieles y representa, a la vez, la dimensión de la confianza a la venerada imagen, en quien el pueblo puso sus dolencias y necesidades. Expresan el sentir de una época.

El motivo de los ex - votos es expresar el agradecimiento por un favor recibido. Su origen no es cristiano y se pierde en el tiempo. Se sabe que culturas como la griega y la romana lo practicaron. En las paredes laterales de la nave central del templo de San Felipe Apóstol, estaban entre dos reglas horizontales, los numerosos ex – votos con los que los fieles que recibieron un favor, lo expresaron. Como he dicho, son pinturas de pintores populares que reviven objetivamente la escena del motivo, la petición y la gratitud. La interpretación del hecho y la narrativa son muy significativas en esta clase de ex – votos.

Nuestros apuntes, recuerdan estos milagros, expresados en Ex .Votos - Representa la parte central del Real Palacio, conocido comúnmente como el de los Capitanes Generales. El ala oriente quedó derruida con el terremoto de Santa Marta en 1773. En la parte superior entre nubes está la imagen del Señor Sepultado y abajo el cuerpo de un albañil. Tiene esta narrativa: “MILAGROSA IMAGEN DEL SEÑOR DE S. FELIPE/ El veinte y seis de Junio se cayó el Señor Policarpio Lopes del palasio/ de esta Ciudad: y estando mortalmente con la pierna derecha quebrada y el/hueso salido del murlo,(sic) dieron parte de la desgracia y lo levantaron á hacerle la operación/ tan fuerte, que no se puede explicar; y luego clamó el paciente con esta imagen divinísima, y/ lo volvió á la vida pues los médicos no lo aseguraban. Junio 26 de 1864./ Policarpo Lopes.”

En la parte superior izquierda está sobre una nube dentro de su urna, la imagen del Sr. Sepultado. Al pie hay una mesa con un vaso, una botella, un mortero y una jeringa. De rodillas una dama clama con sus brazos juntos y en alto. A la derecha está el paciente en una cama cubierta en los dos extremos con un pabellón de un solo lienzo sostenido en la parte alta por un trozo de madera. “El 17 de Mayo de 1885. Candelaria Muños sufrió de un ataque de aplopejia/ cerebral y habiendo clamado con el Sr. de Sn. Felipe. Le resgato (sic) la vida/ y en reconocimiento mande grabar este milagro para mayor beneracion de/ esta Santisima imajen.”

La imagen del Señor Sepultado está dentro de su urna. Delante tiene dos candelas altas. Luego la mamá está de rodillas con los brazos juntos en alto y en una cama está el paciente. “Berdadero milagro que hobro esta divina Ymagen del Sr. de San Felipe/ abiendole dado Viruela a Felipe Gusman enque nodaba/ señales de vida/ en particular aber perdido la vista la madre Clara Gusman clamo con/ todo su corazon con este divino Sr. y obro con infinita misericordia restaurandole la salud y la vista. Junio de 1885.”

A la izquierda está dentro su urna el Se. Sepultado. Al pie una dama clama con los brazos abiertos. A la derecha está el paciente rodeado de cuatro médicos. “Portentoso milagro que el Señor de San Felipe obro en la grabisima enfermedad que padesia Teodora Mendia./ por motivo de una caida que se dio en el año 1873 y sufrió un golpe en la parte superior de la vejiga y/ de eso se formo un tumor, y después de tantos años de sufrimiento se llego el caso de agonizar./ entonces se bio obligada á dos operaciones las que se hiso el Dr. Arton y el Dr. Ernesto Mencos en Guatemala/ la lª. El 23 de Enero y la 2ª. El 7 de Febrero de 1894 (Su Esposa exibe este piadoso Milagro para aumento de/ fe catolica pues hoy Mendia esta tan sano cual pocos.”

Representa la parte de un ático. Una columna sostiene un pequeño tejado. Hay una explosión que vuela por los aires cinchos de metal y al pie esta una dama tendida en el suelo. En la parte de la derecha en un círculo y dentro de su urna está la imagen del Sr. Sepultado de San Felipe, sobre la copa de tres árboles y al pie una persona ora con las manos juntas. “El 25 de abril de 1899= En esta fecha le aconteció á Genoveva Manza que, estando moliendo cerca de/ un barril de Polvora este se ardio y arrojandola como á cuatro varas distante: iyendo los sinchos del mismo a herir/ mortalmente a la susodicha. Su hijo Bernardo Paredes clamó al momento con la venerada imagen del Sr. Sepultado/ de San Felipe de la A. G. el cual le concedió su petición librando de la muerte a G. M. por cuya causa pongo en el presente.”

El cuadro es vertical dividido a la mitad. En la parte superior están la torre de metal con su rehilete. En el brocal a una persona con sombrero y su traje laboral y a la derecha en su urna, la Milagrosa Imagen del Cristo Yacente de San Felipe Apóstol. En la parte inferior a la izquierda, esta narrativa: “Hallandome trabajando/ en un pozo frente áL/ Templo de/ Santo Domingo/ al pasar por encima/ Desgraciadamente se me/ rompieron los Tablones/ que lo cubrian/ en tan apurado trance/ clamé con la divina Imagen del/ Señor Sepultado de/ San Felipe, salbandome/ milagrosamente por lo cual/ hago presente mi/ Gratitud. Antonio Valdez Guatemala-22 de Abril de 1911” En la parte central está dibujada la profundidad del pozo de 40 varas y marcadas 8 varas de agua.

Representa un dormitorio. Al fondo al lado izquierdo están un ventana de dos bandas semi abierta, colgado un cuadro de la Virgen, una mesa con una vela y una copa, una cama con el paciente y la mamá de rodillas clamando con los brazos en alto. A la derecha entre rayos y en su urna el Cristo Yacente de San Felipe Apóstol. La narrativa dice: “En 20de Enero de 1911, obró este Milagro, el Señor de San-/ Felipe de la Antigua Guatemala, con Dorotea Acabal, pues aviendo-/ me atacado el mal de Parálisis, quedandome toda desfigurada enestado/ de muerte, Acudí con toda fé con el Divino Señor que me sanara y me-/ diera vida para visitarle, trayéndole en cumplimiento este prodigioso milagro;/ me lo á cumplido, y para mayor fé de todas las personas que le visitaren,/ Pongo la presente Efigie. Guatemala 26 de Febrero de 1914. GRATITUD.”

En el espacio de un cuarto, a la izquierda está dentro de su urna, la venerada imagen del Sr. Sepultado. Al medio en un baño está un niño sostenido por su madre y a la derecha una estufa con varios objetos de cocina. “El dia 5 de Noviembre de 1913 mi hi- ENRIQUE. Casualmente cayo en una caldera hirviendo al/ extremo que al sacarlo la piel se le desprendia. En mi acongojada atribulacion clame con la venerada/ Imagen del Señor de SAN FELIPE. Quien hoyendo mi ruego quedó mi hijo, al mes completamente/ Restablecido. Guatemala 15 de Febrero de 1914. MAXIMA CASTRO”

En el rincón de un cuarto, está la Venerada imagen del Señor Sepultado dentro de su urna sobre un cajón rectangular. En el frente hay un candelero con tres velas encendidas y de rodillas la madre con dos niños a los lados. El más pequeño en sus brazos. Cada uno sostiene una vela encendida. La narrativa está sobre líneas para mantener uniforme las palabras. “Gratitud a la venerada imajen del Señor san Feli-/ pe, Abiendome enfermado del dia 10 de Nobiembre de 1912/ gravemente de un pecho ya llevava dos meses de gravedad/ el dia 10 de Enero de 1913 fui con el ultimo doctor y me dijo/ que fuera al hospital inmediatamente a que me corta-/ ran el pecho. Entonces yo con todas las veras de mi cora-/zón clamé con la venerada imagen del Señor de san/ Felipe que siquiera (sic) por mis criaturas y principalme/nte la mas pequeña no fuera a permitir que yo fue-/ra a sucumbir a la tumba, pues aviendo clamado con/ el Señor no me hisieron mas que una leve curacion el/ dia 16 de febrero del mismo año. Sali enteramente bu-/ena, por lo cual le doy con todo mi corazón las gra-/cias a esta venerada imagen por haverme hecho/ milagro tan patente como este./ Guatemala Febrero 27 de 1914. / Quien es tu humilde pecadora que a tus pies se rinde con/ tricta y arrepentida y de vos espera su satisima (sic) voluntad/ medico divino. Soledad Delgado.”

Por supuesto que hay muchos más ex – votos que recogen la fe, que desde lejanos años y de diversas partes del país, se le profesa a la milagrosa Imagen del Cristo Yacente de San Felipe Apóstol. Son expresiones sencillas y sinceras de quienes recibieron un favor y también una muestra del arte popular que los plasmó para perpetuarlos. Basta esta muestra para reclamar que esos ex –votos vuelvan al templo de San Felipe Apóstol y que su Hermandad se ocupe de restaurarlos en un museo que recoja todas las pertenencias de tan venerada imagen.


Mario Gilberto González R.

Almería, España. Cuaresma del 2008.

sábado, 16 de febrero de 2008

Momento de Fe, en San Felipe de Jesús

Lleguemos este día en viaje imaginario hasta el Santuario del Apóstol San Felipe, de la ciudad Monumento de América, es Viernes Santo y son las dos de la tarde en la plazuela bañada de luz y de ese sol caluroso del verano, cuesta realmente dar un paso, pues en ese momento el público que se encuentra allí congregado se esta uniendo y postrado de rodillas eleva oraciones al portentoso Señor del Milagro. Al fin logramos avanzar un poco hacia la puerta del bello Santuario, llegamos al umbral de su portada el templo se encuentra completamente lleno, pero pensamos que siempre habrá algún lugar donde podemos situarnos cerca de donde está realizándose el solemne acto de imponente sencillez, un grupo de fieles proceden a ungir amorosamente el macerado cuerpo del enviado de Dios representado en la sagrada imagen del Sepultado que más se venera.

Al finalizar tan emocionante ceremonia, el Sacerdote pronuncia el Sermón de los penitentes recordando el día de la Redención de nuestro género humano y exhortado a todos los fieles a guardar el máximo respeto y fervor que la fecha amerita. El reloj de la torre del Santuario marca el instante preciso y todos los fieles congregados dentro y fuera del templo hincados en tierra se unen al minuto nacional de oración y cumple su cometido pronunciando las frases de una oración que sin lugar a dudas nunca dejará de ser la manifestación de fe más hermosa de un cristiano… PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO… SANTIFICADO SEA TU NOMBRE…

Ahora las manecillas del reloj marcan la hora NONA, hace unos momentos vimos desfilar ante nuestros ojos la interminable valla de penitentes hermanos cargadores, revestidos rigurosamente de negro y en completo silencio, notamos eso si, cierto nerviosismo entre todo el conjunto que allí se encuentra, desde el interior del Santuario llegan a nuestros oídos los acordes de la bellísima marcha fúnebre MARTIRIO, del extinto compositor antigüeño, maestro de maestros don Alberto Velásquez Collado, marcha oficial de la fervorosa Hermandad de la Consagrada Imagen del Señor Sepultado; entonces comprendemos que el anda ha sido levantada de su dosel por 80 penitentes cucuruchos, iniciándose en esta forma la imponente y majestuosa procesión del Santo Entierro, llamada de penitencia, lo que a continuación sucede es verdaderamente impresionante: en la arcada primera de la iglesia aparece la portentosa imagen, suenan clarinadas de silencio, plegarias de perdón, llanto de hermoso arrepentimiento y en todos los ojos se ven lágrimas asomar. Nunca como entonces me he sentido tan arrepentido y después tan satisfecho, que beneficioso es para un pecador experimentar tan profundas impresiones después de tanto faltar al decálogo de Cristo.
Y así llevado por la fe de mi fuero interno, acompaño esta solemne procesión por la ciudad de mis recuerdos, misma que se constituye entera y con agrado en marco maravilloso para que cada año las grandiosas conmemoraciones de Cuaresma y Semana Santa sean más solemnes y que cada cortejo procesional matice con otro color y sentimiento, se hace sentir la participación del Venerable Hermano Pedro quien de manera invisible lleva sobre sus hombros el anda del Señor Sepultado.

El cortejo ha desfilado en las calles y avenidas de la ciudad colonial, se han vivido diferentes emociones, en los rostros de los fieles veo labios temblorosos musitando una oración, niños, hombres y mujeres dibujan en sus rostros la satisfacción de haber cumplido con la penitencia de un año más de haber continuado con sus tradiciones, legadas por nuestros antepasados… Se escucha otra marcha fúnebre en el interior del templo, el terminar ésta, el anda es puesta en el piso de la casa de Dios, y los miembros de la Hermandad con profundo respeto y devoción, conducen el sagrado cuerpo de Jesucristo hacia su camerín escuchando el redoble de tambores y lamento de trompetas juntamente con el sonoro ruido de las matracas y así concluye para mí… para todos, un Viernes Santo. Muchas pero muchas personas se ponen de rodillas y oran al Señor, yo salgo del templo cansado de la caminata con sed, y me pierdo entre ese mundo de gente noble y buena por las vendimias para tomar algún alimento.

Luis Efre Bocaletti Alcayata.
Revista Nuestra Cuaresma 1994.