martes, 11 de septiembre de 2007

La Dama de los Siete Sagrarios

“Sucedió antes del terremoto de 1917. Un señor tenía un landó y hacía viajes por la ciudad; cierto Jueves Santo por la noche caminaba por la calle del cementerio, y una señorita vestida de negro y con velo en la cara, lo montó, y le pidió que la llevara a todas las iglesias a visitar sagrarios; así lo hizo el cochero. Al terminar los siete sagrarios, la mujer le pidió que la regresara al mismo lugar donde la había encontrado; el cochero la llevó a las puertas del cementerio; ella entonces se bajó del landó, y le dijo que como no tenía cómo pagarle en ese momento, que fuera a la dirección que en ese mismo instante le escribió en un papel, y que allí le pagarían el valor de la carrera; y para que le creyera le entregó una cadenita que tenía en el cuello; después la mujer se internó en el cementerio.


El cochero, a pesar de su extrañeza fue al otro día a la casa que la dama le había dicho, por el callejón de la Cruz; y cual no sería su susto, cuando le dijeron que aquella muchacha, a la que había llevado a ver sagrarios, hacía un año que había muerto. (Creo que Mercedes se llamaba la patoja; sí, estoy seguro que Adriana Mercedes era su nombre)”.

Celso A. Lara Figueroa. Historia y Tradiciones populares de Cuaresma y Semana Santa en Guatemala. Pág. 60.